Por ello, esta tarde, a las 20.30, se celebrará Solemne Eucaristía en el templo parroquial de Ntra Sra. del Carmen, con la que se cerrará el triduo que se ha venido consagrando a Mª Stma. desde el pasado día 14.
Ahora, os invitamos a leer las líneas dedicadas a Ntra. Sra. extraídas del último pregón de las Glorias de María, sin olvidar que el próximo sábado tendremos la oportunidad de escuchar magníficos elogios a Su figura en el Pregón a Ntra. Sra. del Carmen de Bajo de Guía, el cual correrá a cargo del cofrade sanluqueño D. Daniel Vargas Palacios.
La Esperanza…. Lo último que se pierde, dice el refranero. Quizá porque es el único sentimiento, emoción (o como queramos denominarlo) que se aferra a nuestros anhelos: La enfermedad que se espera remita; el regreso del hijo que ha salido por la noche o de viaje o el del barco donde va nuestro ser querido….A propósito de esto último, es curiosísimo la conexión existente entre la virtud de la Esperanza y el mar. El ancla y el color esmeralda se identifican como una sola cosa; no en vano, cualquier
representación de esta virtud, si va precedida de algún objeto, siempre es éste: el ancla. Así lo pasea nuestra querida imagen de Mª Stma de la Esperanza, Niña guapa y Reina del Barrio Marinero.
Pero existe una nubecilla que en sus blancas manos ha tomado ese
ancla y, a la postre, se ha convertido en Estrella de los Mares, esa que
siguen los marineros cuando todo artilugio del hombre pierde su capacidad
para anclar la esperanza de una feliz vuelta a casa.
El Primer Libro de los Reyes menciona esa nubecilla que divisara el
profeta Elías y que unos ermitaños del S.XIII interpretarían como un
símbolo de la Inmaculada Virgen María. Estos, cuando tuvieron que
abandonar su hogar, recibieron de Nuestra Señora la señal de que Ella
sería su Estrella del mar como, hasta entonces, lo había sido su Monte: El
Carmelo.
Y si el Monte Carmelo se levanta cual Estrella sobre el mar, nuestra
Sanlúcar es lucero en cuyo corazón un escapulario brilla. El de la Virgen
del Carmen, que guarda todos los rincones de la ciudad, desde Bonanza
hasta el centro, desde Bajo de Guía hasta el Mazacote, añejo barrio de la
Balsa. Por tanto, con toda la razón del mundo, podemos decir que
respiramos Carmen por los cuatro costados.
Cuatro remaches adornan
el ancla de mi esperanza:
Carmen de la Capillita
Carmen en San Juan, descalza;
Carmen de Bajo de Guía
y Carmen Santa en Bonanza.
En cuatro zancos se asienta
el paso de mi confianza:
Carmen que besa el río,
Carmen que al sol alcanza,
Carmen, flor del Pradillo
y Carmen, paz de añoranza.
Para remanso del alma
cuatro refugios me esperan
Carmen, barco de plata
Carmen, redes faeneras
Carmen, Reina abogada
y Carmen rezo de cera.
Y en mi interior, cinco llamas,
cinco, que apagan mis penas:
Carmen, luz que encadena
Carmen, claridad salada.
Carmen, destello del alba
Carmen, fulgor azucena
¡y Carmen, mi madre buena
que celebra tu victoria
y que mora ya en la Gloria
contigo, Carmen eterna!